To the bone (hasta el hueso) trata el tema de los trastornos alimenticios que actualmente afectan a más de 70 millones de personas en todo el mundo (90% son mujeres).
Cuando comienza la película Ellen ya está enferma. Es una chica excesivamente delgada, a la que se le marcan los huesos de las costillas, que está obsesionada con las calorías de los alimentos y cuya familia se encuentra un tanto ausente. Ellen no encuentra el sentido de la vida y no es consciente del daño que le está produciendo la anorexia.
A medida que avanza la cinta, y poco a poco, vamos descubriendo detalles de la vida pasada de Ellen que nos ayudan a comprender, aunque sea un poquito, su sufrimiento interior. Y también el de sus familiares, que han seguido de cerca el camino de Ellen hacia su autodestrucción con gran pesar e incomprensión.
A pesar de la polémica que se está desatando en torno a esta película (como pasó con 13 Reasons Why) la directora de la cinta, Marti Noxom, que también sufrió estos trastornos, ha afirmado haber grabado esta película de manera responsable y veraz, con la intención de que se hable más sobre esta enfermedad, que a veces pasa desapercibida pero que mata a millones de personas el en mundo cada año.
Si bien es cierto que es importante que se trate este tema, quizás cae en el tópico (que aunque es real no deja de ser un tópico) de que las personas con anorexia son extremadamente delgadas. Es decir, claro que las hay, pero no todas llegan a un peso tan bajo. La anorexia se puede leer en el físico, sí, pero es una enfermedad mental y tal vez deberían haber concedido más relevancia a este punto (punto en el que también falló 13 reasons, a mi parecer).
Esta película muestra una dura realidad, sin llegar a lo macabro pero sin tapujos, incluso a veces con cierta ironía. Me habría gustado que profundizara más, cuando acaba todavía siento por dentro las ganas de ver más, de saber más. De todos modos creo que cumple su objetivo primero, que es poner sobre la mesa una enfermedad horrible de la que apenas se habla en el cine.
En las actuaciones destaco a Lily Collins y a Alex Sharp (Luke), que interpreta a un bailarín de ballet que comenzó a bajar de peso después de su lesión de rodilla y que vive en la misma casa que Ellen. Como contraparte negativa quizás sea Keanu Reeves, en su papel de doctor, el que menos consigue transmitir (ya sabemos que no es un actor al que se le reconozca precisamente por ser muy expresivo).
En definitiva, no es una película brillante ni perfecta, pero sí necesaria. Necesitamos nuevas voces que se atrevan a plasmar este tipo de enfermedades en la gran pantalla para que dejen de ser temas tabú y se abra un camino de entendimiento y aprendizaje. Los trastornos alimenticios existen y cuanto más sepamos sobre ellos más podremos prevenir y curar.
En definitiva, no es una película brillante ni perfecta, pero sí necesaria. Necesitamos nuevas voces que se atrevan a plasmar este tipo de enfermedades en la gran pantalla para que dejen de ser temas tabú y se abra un camino de entendimiento y aprendizaje. Los trastornos alimenticios existen y cuanto más sepamos sobre ellos más podremos prevenir y curar.
Aprovecho para recomendar un libro titulado Niños perdidos, libro autobiográfico de la periodista María Casas que trata sobre su lucha contra la anorexia y la bulimia durante 15 años de su vida.
Hoy en día se dedica a dar charlas y conferencias sobre esta enfermedad para ayudar a otras personas a superarla.
Conozco a María desde muy pequeña y comprendí muchas cosas sobre ella y su familia después de leer su novela, es desgarradora, esperanzadora, necesaria.
Conozco a María desde muy pequeña y comprendí muchas cosas sobre ella y su familia después de leer su novela, es desgarradora, esperanzadora, necesaria.
Espero pronto podremos traer una reseña de este libro (y una entrevista con la autora).